Legado II: Un cura avaro y un arca famosa

Síntesis

A pesar de que el ciego maltrataba mucho a Lazarillo, este aprendió bastantes lecciones que le servían en la vida diaria, y una vez que se escapo empezó a ir de pueblo en pueblo pidiendo limosna, hasta que llegó al pueblo de Maqueda donde se topó a un clérigo que le ofreció trabajar ayudando a las misas, y haciendo eso podría quedarse en su casa, en donde tendría cama y alimento. 

Mala suerte fue la de Lázaro, que fue a parar con uno de los curas más avaros y más pecadores. A pesar de que el clérigo había prometido alimento, Lazarillo pasaba días enteros ayunando junto al religioso, ya que este era muy avaro y nunca daba comida de más; los únicos momentos donde Lázaro podía satisfacer su necesidad alimentaria era cuando iba a bodas, bautizos, entre otros festejos religiosos a los que era invitado el cura.


Un día Lazarillo quedó harto de los ayunos prolongados y decidió robar panes del arca que su amo tenía en casa, y así fue por varias semanas, hasta que por un accidente fue descubierto y lo golpearon, dejándolo en cama por una semana, y después dejando al niño a su suerte, para buscar una nueva vida.


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